Se utilizan en múltiples recetas dulces y saladas y se pueden comprar enteras, sin cáscara o molidas
La nuez es el fruto del nogal común, aunque este término también se aplica de manera genérica a todos los frutos que tienen la semilla comestible encerrada en una cubierta exterior dura. La que nos ocupa hoy es de forma redondeada u ovoide, de cáscara dura y rugosa. La parte comestible de su interior tiene un sabor un tanto dulzón, muy agradable y gusta a casi todo el mundo.
Sus orígenes son inciertos (tal vez Persia o China) y actualmente se cultivan en zonas templadas de Europa, Asia y África, aunque el mayor productor mundial es California.
Los beneficios del consumo regular de este fruto seco son muchos. Reduce el riesgo de infarto y los niveles de colesterol en la sangre y pueden tomarlas los hipertensos y los diabéticos. Es aconsejable comer tres unidades al día para mantener al organismo bien protegido y nutrido.
Las nueces tienen muchas más propiedades que cualquier otro fruto seco. Son muy nutritivas y calóricas. Tienen importantes cantidades de vitaminas del grupo B y ácido fólico.
Normalmente, la nuez se consume en crudo, como aperitivo, tentempié, merienda o postre, sola o combinada con otros alimentos. Se utiliza como ingrediente en muchas elaboraciones dulces (turrones y repostería) y saladas (como guarnición, en salsas y en ensaladas). Están buenísimas con queso fresco y miel.
En los mercados municipales se venden nueces enteras, sin cáscara y molidas. También se elabora un aceite de sabor dulce y muy agradable. Con el fruto verde se hace el licor Ratafía y con las hojas de nogal se pueden preparar infusiones de uso tópico.
Con la cáscara y secas se conservan durante cuatro o cinco meses. Las descascarilladas deben guardarse en el refrigerador para retardar el enranciamiento y pueden conservarse más de seis meses. La congelación, con o sin cáscara, es una buena técnica para su correcta conservación.
F. GONZÁLEZ YUSTE
Fuente: elperiodicomediterraneo.com
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